Merciless Cult [El Culto implacable]

Ya u-u publiqué con anterioridad este FF en amoryaoi... y el mundo me odió xD
No me odien *-*!!
espero sus opiniones *-*
y no me molesten por ponerles nombres de canciones de diru a mis ff xD es una maña xD



El panorama que se extendía ante sus ojos era deprimente, y lo peor de todo, real: el cielo gris anunciaba una tormenta y un aire anormalmente frío se colaba entre sus ropas, pero no era lo que le aterraba… no podía creer lo que sus ojos veían y suponía que se trataba de una vil jugarreta de su mente paranoica, antes de aceptar como un hecho real aquello… se hallaba parado frente de la puerta de su auto cuando poco a poco la gente se fue aproximando hacia el lugar que sus ojos miraban aterrados. Las piernas le temblaban, a punto de desfallecer… pese a todo, tomó la fuerza suficiente para correr hacia la aglomeración sin atreverse siquiera a creer en la remota posibilidad de que fuera verdad… no podía, simplemente no podía. Corrió hasta que le faltó el aire y empujando a la gente llegó al centro del frívolo espectáculo que se estaba montando ante él.
- No, no… no puede ser… - repitió por centésima vez mientras sus rodillas se doblaban para caer al lado del cuerpo cubierto de sangre – Reita… Reita… no puede ser, despierta – tomando el rostro ensangrentado del rubio, lo levantó para mirarlo más de cerca. – Reita, por favor, no seas idiota, deja de bromear – susurraba Ruki, mientras un nudo se iba formando en su garganta y la risa se le escapaba con un ademán demencial -. ¡Abre los ojos! ¡Respóndeme! – empezó a agitar el cuerpo mientras lo cobijaba entre sus brazos. Sus ropas se cubrieron de la sangre derramada y sus ojos comenzaron a derramar lágrimas bajo su expresión lunática - ¡Suzuki Akira! ¡Akira, si no me respondes ahora, juro que me enfadaré contigo! ¡Si no me respondes, ahora sí que terminamos!
Sus chillidos eran angustiantes. Su corazón se estaba quebrando. No podía ser cierto, ¡No podía! De un momento a otro Akira abriría los ojos y riéndose en tono bromista le diría “¡¡Ya te he engañado, enano gruñón!!” ¿¡Por qué no abría los ojos!? ¿¡Por qué no hacía que esa agonía dentro de su pecho cesara!? Había dicho que nunca sufriría por su culpa, que nunca lo dejaría solo… ¿¡Entonces por qué, ahora que lo necesitaba tanto, Reita no lo estrechaba entre sus brazos para calmar su desdicha…!?

- Flash Black -
El rubio estaba sentado mirando por la ventana hacia el deprimente exterior mientras bebía lentamente de una taza de café. Mientras tanto, Ruki permanecía cruzado de piernas en el suelo jugueteando con su pequeño perro.
- Vamos Sabu chan, que cosa más linda que eres… ¿Quién es el hijito de papá? – y así miles de otros comentarios que irritaban al más que aburrido Reita
- Rukiiiii – dijo con un aullido lastimero, tratando de llamar la atención del pelirrojo – ¿Porqué no hacemos algo? Estoy aburrido…
- ¿Estás aburrido? – preguntó el aludido
- ¡Síiiiiiii! ¿Por qué no salimos a algún lado?
- ¿Y donde quieres ir a las dos de la mañana? – dijo señalando un reloj
- Pues… no lo se… - contestó con un poco de confusión el chico de la pañoleta
- Ya no me molestes, Reita – Ruki se puso en pie y se desperezó largamente – Estoy cansado y quiero irme a dormir
- ¡Pero Ruki! ¿¿Cómo quieres desaprovechar un viernes por la noche?? – preguntó infantilmente
- Dormir no es desaprovechar, todo lo contrario – contestó con un dejo de molestia -. Buenas noches Reita.
- Ruuuuuuuuuuuuuuukiiiiiiiiiiiiiiiitoooooooooooooo~ - le llamó dejando su taza de café vacía en el alfeizar de la ventana
- Ay, Akira, déjame… ¿Por qué no te vas a embriagar con Uruha por ahí? Seguramente el tiene ganas de…
- Pero yo quiero salir contigo~
Reita se acercó tratando de imitar saltos de un niño berrinchudo y fue en su actuación que se golpeó violentamente la rodilla con un sillón.
- ¡Ahuuuuuuuuuuu! – chilló sujetándose el lugar herido y cayendo al piso, aplastando por poco a Sabu chan
- ¡¡Sabu chan!! – gritó como una chica histérica Ruki, corriendo a salvar a su mascota - ¡Akira idiota! ¡Casi matas a Sabu chan!
- ¡Ahuuuuuu! ¡Mi rodilla!
- Vámonos Sabu chan – dijo mirando con resentimiento al golpeado bajista – antes de que esta morsa idiota te termine de lastimar
Ambos, dueño y mascota, se retiraron hacia la habitación del vocalista ante los ojos lagrimeados de Reita.
Una vez estuvo en su habitación, Ruki se acostó cómodamente, apoyó la cabeza en la almohada y… no pudo dormirse. A pesar de todo el cansancio que sentía no fue capaz de cerrar los ojos. En lugar de eso se quedó pensando en todas las cosas que debía resolver, un torbellino de problemas que en vez de soltarse se enrollaba en uno solo como una fibra de ADN. Se giró hacia el lado contrario y fijó sus ojos en un punto de la pared. ¿Por qué a veces tenía que ser tan antipático? Pobre Reita, de seguro le había dolido, ¡Pero casi aplasta a Sabu chan! Bueno, no había sido su culpa… se incorporó para levantarse y ahí le vio: apoyado contra el descanso de la puerta observándole fijamente.
- ¿Qué miras? – contestó sin poder contener su mal talante
- Ruki~ - lentamente el bajista se acercó para sentarse frente a él en la cama. Se quedó mirándolo fijo durante unos segundos y luego se acercó para salvar la distancia y rozar con sus labios los del vocalista.
- Ay, Reita – contestó separándose el más bajo - ¿Así que vienes con esas? ¿A eso te refieres con desaburrirte?
- Ruki, no me dejas que te toque hace cuatro meses – se quejó el otro medio risueño – medio enfadado.
- ¿Y? Yo no soy un objeto del que puedas disponer libremente. Si quieres tocar a alguien, por ahí está el baño y tienes un buen par de manos…
- Oye – susurró el rubio en su oído -, no seas así. No te he dicho que vayamos a hacerlo. Sólo quiero… - e inclinándose en su cuello se dispuso a besarlo.
Ruki se estremeció. Sentía la cálida y acelerada respiración sobre su suave piel y sus mejillas no podían evitar ponerse rojas “¡Dios mío, dame la fortaleza!” rogó mentalmente mientras los latidos de su corazón aumentaban. Una de sus manos se levantó e indecisa, se posó sobre el hombro de Reita. Se quedó congelado un momento. Los besos de Reita subían a través de su cuello hasta llegar hasta ese exquisito hueco entre el nacimiento de éste y la barbilla. Ahí sintió débiles mordiscos que le hicieron temblar nuevamente. La mano del bajista se escurrió por su cintura y lo atrajo hacia sí. Sentía deseos, pero debía contenerse… bajó la mano que había mantenido apoyado y empujó con ella a Reita.
- ¡Reita, caliente! ¡Suéltame!
- Pero Ruki… - exclamó extrañado el otro
- ¡Yo no soy tu puta personal con la que puedas follar cada vez que te da la gana!
El rubio abrió los ojos desmesuradamente, sorprendido.
- ¡Pero qué estás diciendo!
- ¡Que te vayas! Lo único que quieres es sexo ¡Por qué no te largas con una puta y me dejas de joder de una vez! ¡Eres igual que todos! ¡Un asqueroso cerdo!
- ¡Que te pasa, Ruki! ¡Yo nunca te he tratado como estás diciendo! – el bajista ya estaba enfadado. Múltiples veces había tenido que sufrir las explosiones de ira de Ruki, pero nunca a tanto.
- ¡Vete Akira!
- ¡No! ¡No me iré!
- ¡Ay! – Ruki se jaloneó el cabello, desesperado. Se acercó a una mesita al lado de su cama, abrió el cajón que ésta tenía y sacó su billetera. La abrió y tomando un par de billetes, se los arrojó a la cara a Reita - ¡Vete! ¡Embriágate, métete con el primero que encuentres y mámasela hasta que se seque! A ver si así me dejas de molestar de una vez…
- Ah, si vas a empezar así… - Reita salió de la habitación y tomando su chaqueta que descansaba contra el sofá, se la puso para, acto seguido, salir con tranquilidad
- ¡Vuelve acá! – gritó Ruki tras él
- Ahhhh – suspiró el rubio - no te entiendo. Primero quieres que me vaya y ahora no. Quien te entiende Rukito – le peñiscó con delicadeza la barbilla. El más bajo respondió con fiereza a ese acto
- ¡No me toques! No quiero… ¡No quiero volver a verte! ¡Te odio! Eres un pobre imbécil, un pobre imbécil que no tiene nada en el mundo. ¡Vete y no vuelvas! ¡TE ODIO! ¡ODIO TU MANERA DE SER, TU MANERA DE ACTUAR! ¡ODIO QUE SEAS COMO ERES! ¡ODIO QUE EXISTAS, QUE RESPIRES CERCA DE MÍ! ¡ODIO TODO TU YO!
Esa le había colmado. De no haber tomado realmente en serio lo que esta vez le había dicho Ruki, quizás se hubiera enfadado. Antes había tenido esos acceso de cólera, de los cuales luego se arrepentía y llegaba pidiendo perdón con una de sus tímidas sonrisitas culpables. Pero esta vez no era así. Sentía que todas esas cosas que había dicho Takanori eran ciertas, por lo menos para él. Lo había pensado desde siempre y nunca le había dicho, porque se entretenía haciendo sufrir a esa pobre criatura de enorme patetismo. Le gustaba jugar con ella. Pero el juego se había extendido más de lo que él deseaba y finalmente había soltado todo lo que había aguantado desde siempre. Reita bajó la cabeza, sacó un cigarro y sin contestar bajó las escaleras auxiliares, dejando a Ruki atrás. Estaba triste. Estaba molesto. Y sabía que Ruki no iría tras él. Pero le escuchó. Escuchó sus pasos cortos bajando rápidamente por las escaleras. Y escuchó sus gritos llamándole. Se enfadó. Apretó el paso hasta que bajó corriendo las escaleras, de modo que Ruki no pudo atraparlo. Montó en su moto con un simple brinco y la echó a andar cuando el vocalista llegaba para verlo partir.
Mientras corría por las calles a enorme velocidad los sentimientos se iban transmutando en él. Lo que primero era tristeza se transformó en rabia y ésta en odio. Pero no de ese odio que perdura, sino del que se mantiene cuando nos hieren. Iba rápido por la calle para tratar de olvidar ese profundo dolor de la pelea en su pecho. Todo iba quedando atrás. Los “Te odio” pasaban borrosos como el paisaje que se mostraba confuso. Perdió su mirada en la fantasía de las sombras borrosas que pasaban por la carretera como los episodios habían sucedido en su vida. El dolor se apaciguaba, pero cuanto menos lo sentía, más tendía a recordarlo… Llegó a una conclusión triste pero realista a la vez: Ruki nunca lo había querido y había estado con él por pura lástima. Una puntada en el pecho le hizo encoger la cabeza, apartando la vista de la carretera. Repentinamente, un ruido agudo y molesto, seguido de una potente luz, le hizo volver a levantar la vista. Todo sucedió en unos segundos, pero a él le parecieron horas: un auto venía hacia él contra el tránsito. Trató de frenar, dándose como resultado un derrapado espectacular sobre el asfalto. Él, instintivamente, giró el manubrio de la moto para evitar que lo atropellaran, pero en uno de sus giros, el auto impactó contra la moto, que a la velocidad que iba, empezó a girar. Reita apretó el frenó y la moto golpeó el suelo violentamente, con él bajo ella. Se despegó de su asiento y la moto siguió deslizándose por la calle mientras él se golpeaba libre sobre ésta. Quedó tendido en el suelo, luego de rodar varios metros seguidos. No se podía mover, le dolía todo. Un líquido caliente se le escapaba de la boca y lo sintió por las sienes. No veía nada, por lo que abrió los ojos: descubrió que los tenía abiertos. Trató de gritar, pero su boca no se abría. Podía escuchar el golpeteo de su corazón contra sus oídos…
- Fin del Flash Back -

Ruido de muchas personas hablando. Deseaba incorporarse, pero no podía. Quería protestar “¿Qué dicen? ¿Por qué no me levantan? No ven que no me puedo parar? ¡Hooolaaaaa, no veoooo! ¿Alguien me podría ayudar?” Sintió bajo sus manos un líquido caliente y de extraño olor. Y luego oyó chillidos. Histéricos gritos de hombre. Sintió unos brazos alrededor de su cuerpo que lo sujetaban con delicadeza. Lo mecían y le hablaban “¡Suzuki Akira! ¡Akira, si no me respondes ahora, juro que me enfadaré contigo! ¡Si no me respondes, ahora sí que terminamos! ¡Soy yo, Ruki! ¡Tu novio! Escucha Akira, te amo, no me dejes por favor… no te atrevas a dejarme solo… no sé que haría sin ti… no podría ser capaz de vivir…” Ruki estaba sufriendo. Quería decirle que no se preocupara. Ya no sentía dolor, entonces ¿Por qué no se levantaba? ¿Por qué no podía ver? Era medio preocupante, pero por el momento no importaba si Ruki podía escucharlo “Ruki… Ruki…”

***
El vocalista lo vio: trataba de hablar. Sus labios se movían temblorosos y sus ojos se abrieron de par en par tratando de ver algo invisible. Se afirmó a su cuello débilmente. Ruki estrechó más el abrazo “Ruki… Ruki…”
- Tranquilo Reita… no te esfuerces… - contestó con alivio mientras le acariciaba el rostro y las lágrimas se le deslizaban como un torrente.
- Ruki… tranquilo… nada duele… ¿Por qué lloras? ¿Porque el cielo está negro y no hay dolor?

***
Trataba de decirle que nada dolía ¿Por qué sentía muchas más lágrimas en su cara si lo que él trataba era tranquilizarlo? Siempre había sido así: trataba de hacer algo bueno por el que amaba y al final lo lastimaba más. Pero no quería verlo llorar más… No llores más, Ruki… no importa que no me ames… yo te amaré hasta cuando muera… y más allá… tranquilo…

***
Se le estaba yendo. Lo estaba dejando solo. Se marchaba y no lo esperaba. No cierres los ojos, Reita. No los cierres. ¿Cómo puedes ser tan egoísta? Se aferró con desesperación y lo meció con violencia.
- ¡NO TE VAYAS, REITA! ¡NO TE ATREVAS! – las lágrimas se deslizaban raudas. Sintió un par de manos en sus hombros. Lo alejaban del cuerpo. Luchó con todas sus fuerzas. Pudo ver en un destello de locura el cuerpo cubierto de sangre y los ojos del bajista fijos en su cara -. ¡REITA! ¡SUÉLTAME! – chilló soltándose del agarre en sus brazos. Corrió hacia donde había estado sujetando el cuerpo y sus pies chapotearon contra la roja sangre.
Se arrodilló nuevamente. Sentía gemidos a su alrededor, pero los ignoró. Tomó con cuidado el rostro del rubio que tenía ya teñido el pelo por su propia sangre y acercó sus labios a los del otro para besarle suavemente. Sintió el sabor de la sangre en su lengua y una mano sobre su mejilla.
- Te quiero enano gruñón… - una risita, un suspiro y luego… nada más. La mano cayendo pesadamente a su lado.
Levantó la mirada empañada por las lágrimas. Dejó que los brazos opresores lo levantaran y se lo llevaran. No quería ver nada más. No podría, simplemente no podría. Ya no habían lágrimas que derramar, simplemente había que dejarse llevar por los demás como un simple zombie por la Tierra. Lo subieron a su auto y lo llevaron de vuelta al departamento. Ya en él, se sentó en la cama, se echó atrás y tarareó una antigua canción de DeG que le encantaba:

Tu Yo pesimista, tu Yo implacable
¿Y tu Yo que se ama, qué está mirando?
Con comparar y conseguir las cosas en las proporciones
Gritas enfadado, Quisiste que este fin sucediera
Deberías ser un romantisista
Pero apenas recordé que no hay amor aquí
Repitiéndose en alguna parte se empieza a romper
Por favor ámame, esta sangre y ese significado
Por favor ámame, este día y este valor
Abre la boca para respirar…

Fin

asd...asd...
BUAAAA !!!!!
me hizo llorar!! esta bueno el fickk
me gustooo!! no te oiare >_> XD
pero dioss! me hiciste llorarr!! ;-----;
y..y.. asdasd TTOTT
Reitaaaaaaaa!! no lo dejes ;----;
asdasd ta wenu
te felicitoo kedo iiem
se tiene merecido el enano gruñon!! XD
esta buenisimoo TT.TT

oooh, gracias ;O;
muchas gracias ;O;
y lamento haberte hecho llorar n-nU
debo confesar que es el unico fic
que cada vez que leo
vuelvo a llorar xDDD

hummm.. e viasto muchas palabras de "llorar" .-.
lo leere entonces cuendo este melancolica ò_ó
tu espera mi opinion mi keridisimo objetivo de la vida
Akirita-sama!!! Ò..Ó

waaaaaaaa T.T
que triste
reita nuu te ballas!!!!!
ruki!!!
maldito conductor!!!...
esta muy benu mami
aunque me mori de pena auqnue io no llore
por que io soy ruda y no lloro XDDD
[mentiraaa XD]
no pero de verdad ta benu
y me deja la moraleja que dice:
nunca salgas de tu casa enojado por que nunca sabes
si volveras a ver a aquella persona.

me moriii!!

muy kawai el fic... TT-TT

AAAAA.... me hizo llorar....

Gracias Gracias
Muchas gracias